jueves, 26 de diciembre de 2013

#Preludio en Él menor

El (d)efecto de tu sonrisa en mi corazón.
La brisa de tus suspiros en mi pelo.
Te extraño hasta cuando estoy contigo.
El presente que nos está dejando.
 El chirriar de los muebles cuando haces frío.
El olor fuerte a que no volverás.
El vacío intenso del tiempo perdido.
El choque del pestillo cuando te vas.
El silencio que suena si no susurras.
Las copas que no(s) tuvimos que tomar.
La certeza de que fue un error.
La laguna de mis ojos,
El verdugo de tu boca.
La nada.

La añoranza del que nunca (es)tuvo.
El recuerdo de tu fantasma.
Ser carne de gallina.
Suspirar.

Las sábanas que simulan (mal, muy mal) tu tacto.
El telefonillo del vecino.
La maldición de que no eras tú.
El peso de los párpados..
Y la culpabilidad.
La trenza de ideas que se mezclan con los sueños..

La voz de tu eco se parece a la tuya.
La insomnia noche.
El mal trago que paso.

Hasta la ….s tantas.
De los tontos.

Pero sobre todo, hasta las trancas.



sábado, 19 de octubre de 2013

.

¿Qué te aporta?
Hombre, cuando estamos bien.. 
No, qué te aporta a secas. Sin condiciones. Qué te aporta en general.

No supe qué contestar. Y entonces lo entendí todo.


Entendí que a veces hay que abrir los sentidos y cerrar el corazón. Dejar que la razón hable. Abrir los oídos y cerrar las ganas. Porque no siempre lo que nos apetece es lo mejor, ni lo que nos dicen la única opción, ni mucho menos lo que hagamos será lo correcto.

A veces, no todo tiene que estar etiquetado. A veces, pensamos algo y hacemos todo lo contrario. O decimos algo y actuamos totalmente del revés. Como cuando dices que me quieres pero luego me haces daño. Pero, ¿sabes? Te entiendo. A mí también me pasa.

A mí me pasa que sé que no debo, pero te acabo buscando. Supongo que es la atracción por lo prohibido, o por demostrarme a mí misma que ya no suspiro cuando veo tu foto, yo-qué-sé. Pero si la intención es lo que cuenta.. ni a esas me apunto un tanto.

Y es que hay cafés tan amargos que nunca llegan —ni llenanal estómago, y camas que nunca se vuelven a hacer. Hay libros que sólo tienen una página y aún así, nunca se terminan. Pero también hay futuros que obvian su pasado, y lo que no saben es que sin él, no serían nada.

No sé realmente a qué quiero llegar con todo esto. Sería genial que lo que aprendiésemos fuese instantáneo y no necesitásemos un tiempo o una re-caída para ponerlo en práctica. Qué pena, ¿no? Tener que caer y re-caer y no aprender. Luego dicen que el ser humano es listo. (Se oyen risas en mi cabeza).

Voy a ordenar mi cuarto y mis ideas, y tal vez juegue al escondite contigo, lo que no sé es si buscarte o dejarte escondido de por vida.. Todo hay que decirlo, eres terriblemente malo jugando, no estoy segura de si porque no sabes o porque siempre quieres que te encuentre. Aunque bueno, aún puedo contar hasta 100 antes de volver a vérmelas contigo..

sábado, 28 de septiembre de 2013

Cap. I

Bum. Cayó al suelo.
    Con que no tenía agallas... — me burlé.
Como de costumbre, saqué el bloc de notas y arranqué la página donde tenía su nombre: Julia Expósito. Me acerqué, le incliné un poco la cabeza y puse la hoja debajo.



Anduve 4 kilómetros hacia el sur, con la mente en blanco. No tenía pensamiento de enterrarla, con suerte encontrarían su cuerpo dentro de cinco años como muy pronto, y para entonces yo estaría en la cárcel por el asesinato de Tomás Rodríguez.

Llegué al coche y saqué el mapa. Memoricé la ruta que me habían indicado en el Bar-Restaurante Rocamador. Empezó a llover y la radio me deleitó con Do polimen sing? de  Robyn Hitchcock. Sin duda, me merecía aquel momento glorioso.

El sonido del móvil lo fastidió todo.
    ¿Qué pasa ahora?
    ¿Esta noche tampoco vienes a cenar?
    Voy de camino… Sabes que últimamente tengo mucho trabajo, lo siento. Prometo compensarte este fin de semana.
    Siempre dices lo mismo… Se te va a enfriar el pollo.
    Estoy cerca ya, no tardaré mucho.
    Ahora nos vemos.
    Ahora nos vemos.

‘Mierda’. Pensé. Si seguía descuidando a Carlos lo iba a descubrir todo, tenía que pasar más tiempo con él. Después de 36 minutos y un par de semáforos en rojo llegué a casa. Aparqué, me cambié las botas por los tacones y me retoqué los labios en el ascensor. Mi sonrisa y yo atravesamos la puerta de casa. Me recibió el olor a tabaco.

    Han llamado desde comisaría preguntando por ti, que mañana a primera hora pases por allí.
    ¿Qué querían?
    No lo sé, no me han dicho nada más. ¿Vino?
    No gracias, estoy agotada, prefiero agua. ¿Qué tal tu día?
    Cansado y aburrido, lo único interesante que ha pasado es que a Laura se le han volado todos los papeles y hemos estado media hora ayudándola a ordenarlos.
    Vaya, no parece muy interesante.
    Sí bueno, también ha llamado tu jefe para que no olvides que mañana es la reunión con la empresa GRB. ¿No es un poco raro que llame tu jefe cuando se supone que estás trabajando?

‘Mierda, pillada’ pensé. Tragué saliva. No me hubiese gustado ser su filete de pollo en aquel momento, y menos cuando retorció el cuchillo en él. No le gustaban las mentiras.

    ¿En qué estás metida, Sara?
    Déjame que te explique…
    Antes me contabas las cosas, sabes que puedes confiar en mi; no hace falta que te lo diga.
    Carlos, no pienses nada raro. Lo de comisaría no sé por qué puede ser, la verdad. Pero de lo otro… Vas a tener que confiar en mí.
    Últimamente te comportas muy raro, no eres la misma. Además, mañana es nuestro aniversario y ni siquiera he visto que haya velas nuevas. Antes comprabas velas.
    Carlos… —Suspiré. Me acerqué a él y pasé la mano por su mejilla recién afeitada. —No quería decírtelo, pero viendo que me vas a fastidiar la sorpresa… Estos días he estado llegando tarde a casa porque te estaba preparando algo especial para mañana.

Siempre se me dio bien mentir. Su expresión cambió y esbozó una sonrisa.
    Siento ser tan tonto, es sólo que te quiero mucho y tengo miedo de perderte.
    No te preocupes, cielo. Te quiero.

Le besé. La situación estaba bajo control. Nos dejamos llevar, y tiramos todos los platos. O como hubiese dicho mi primo, “pasamos directamente al postre” aquella noche.


Me desperté antes que el sol. Di un beso a Carlos y decidí lo que me iba a poner mientras me daba una ducha fría. Sí, el vestido estampado verde era adecuado tanto para ir a comisaría como para la reunión. Repasé mentalmente la cantidad de cosas que tenía que hacer. Tomé un café en el bar de Elisa, me retoqué los labios en el baño y me dispuse a hacer mi visita a la policía. Desafortunadamente un camarero inútil tropezó y derramó un zumo en mi vestido. Qué idiota, ni que sus disculpas sirviesen para limpiarlo. Volví a casa, entré en el vestidor, escogí una falda y chaqueta azul, y me hice una trenza. Parecía una azafata estúpida, pero no tenía tiempo para cambiarme de nuevo. Ver a Carlos aún dormido me hizo recordar que le había prometido algo especial a la noche. Qué mal comenzaba el día, maldito miércoles, inventaría algo cuando solucionase los problemas de verdad.

¿Qué querría la policía? ¿Habrían descubierto a Julia? No, no podía ser, habían llamado por la tarde cuando probablemente ni la hubiese matado aún. Entonces, ¿qué era? La verdad es que me tenía bastante preocupada, o mejor dicho, intrigada; ¿me querrían interrogar sobre la desaparición de Joaquín? No había nada que nos relacionase, no teníamos conexión. ‘Joaquín está más que fuera del mapa’ me dije ‘Tranquila, o tus nervios te delatarán’. Entré con paso firme en comisaría y me puse en la cola.

    Qué arreglada, señorita Silva, ¿quiere dar apariencia de inocente?
    No se burle, señor Varela, es que tengo una reunión importante ahora después.
    Es broma, está usted muy atractiva.
    Gracias.
    Venga. —Pasó una mano por mi espalda y me llevó  a su despacho. — ¿Por qué cree que la hemos llamado?
    Pues si le soy sincera no lo sé, ¡pero sea lo que sea me declaro no culpable! —Ambos reímos. —Bueno, dígame agente.
    Verá…Siéntese. —Obedecí. — Ayer encontramos su cartera cerca de un local donde habían robado, Handi Copas. —Se adelantó a mi reacción. — No se preocupe, sé que no ha sido usted. ¿Tiene alguna idea de alguien que quiera culparla? ¿Alguna discusión con algún vecino últimamente?
    Estoy bastante confundida, señor. —Y era verdad, aquello no me lo esperaba. — No, creo que no he discutido con nadie.
    Bueno, tenga, compruebe que esté todo. — Cogí la cartera (todo en orden). — Le acompañaré a la puerta, dijo que tenía una reunión si no recuerdo mal. Si nota algún comportamiento extraño, no dude en acudir a mí. Sabe que me preocupo por usted.
    Ya, ya. Lo sé, muchísimas gracias.
    Tenga cuidado, señorita Silva.
    Lo tendré, buen día señor. Gracias de nuevo.
    No hay de qué.

Nos despedimos con dos besos. Desde que desapareció mi padre nuestra relación mejoró bastante, el sentía la necesidad de proteger a la única hijita de su mejor amigo y yo necesitaba una figura paternal. Fue un gran apoyo, junto con Carlos y Eva. De hecho, me convenía bastante tener un amigo policía que se fiase de mí con los ojos cerrados. Facilitaba bastante las cosas, aunque me limitaba mucho el campo de acción. Abandoné todas las suposiciones de cómo había llegado mi cartera al Handi y alrededores y me centré en la reunión del GRB. Miré el reloj, iba tarde.

Mi jefe, Fernando Ferrer, me mató con la mirada en cuanto interrumpí en la habitación. Me disculpé y me senté a su izquierda. Estuve un tiempo intentando comprender de qué hablaban mientras ponía cara de interés. Ferrer me pagaba para que le acompañase a sus reuniones, sólo por estar allí; y como mucho me pasaba notas con las frases que quería que dijese, cosa que no ocurría muy a menudo. Todo era por la apariencia. Mi jefe siempre decía que una ‘cara bonita’ ayudaba mucho a las negociaciones y que se me veía una chica inteligente, difícil de engañar y por tanto, le ayudaría en sus gestiones. Odiaba que le importase tanto lo que pensasen los demás, era algo que me repugnaba. Había pensado incluso en meterlo en la lista del bloc de notas alguna que otra vez, pero en el fondo era un buen hombre. El resto de mi trabajo era el de una secretaría cualquiera: coger llamadas, fax, y soportar visitas que no eran del todo agradables.

Dejé la mirada fija en uno de los señores enchaquetados de en frente y me entretuve pensando algo que hacerle a Carlos por la noche. Tenía que ser bastante sofisticado y trabajado, puesto que me había llevado tres noches llegando tarde a casa. Y entonces obtuve la respuesta.


Bajé de mis pensamientos y escuché que cerrarían el trato el viernes a las 12:00 h. La reunión había acabado, por fin. Me despedí de Ferrer y fui a la cabina de la plaza Marquelo. El reloj del ayuntamiento tocó las dos de la tarde y justo después sonó el teléfono, como todos los miércoles desde hacía tres años. Descolgué.

    Tan puntual como siempre, Sara. ¿Has hecho tus deberes?
    Sí.
    Buena chica. El siguiente es Luis Arroyo. Trabaja en el hotelucho de la calle Buenvenir. Todas las noches escapa a un club de alterne que hay a las afueras de la ciudad, en la carretera que va a Albacete, y se tira allí hasta las cuatro. Encuéntralo. Ya sabes.


No me dio tiempo a contestar, habían colgado. Saqué mi bloc y anoté el nombre. Me dirigí a Skosh&Laush, mi restaurante de comida basura preferido de la ciudad, al más puro estilo americano, y compré un menú gigante con oferta y helado.

jueves, 29 de agosto de 2013

Si saliese el sol, nada de esto pasaría.

     Que si me muerdo las uñas es por no morderme el corazón, y si te saco de paseo es por tener una excusa para que me de el aire. Y el tiempo. Y para qué engañarnos, para poder llover tranquila.

     Es muy duro ser tu cristasol, y que sólo me hagas caso cuando has olvidado cómo brillar. Cuando estás de mierda hasta arriba y necesitas que algo empape las penas que llevas encima. Lo peor de todo es que soy tu cristasol favorito, y no sé si es porque hago mi trabajo bien o porque soy una marca blanca, ya me entiendes, más fácil de comprar.

     Pero bueno, sea lo que sea, asegúrate que cuando me esté vaciando me compras palomitas, ya que si me concedieses un último y primer deseo sería, sin duda, disfrutar de mi desgaste con algo de comida; que aunque sólo sea el nombre, ya comparte algo con un alma que puede volar.

jueves, 22 de agosto de 2013

♦ ♦

Deberías ser todos esos besos que aún no te he dado y que, probablemente nunca te de. Deberías ser mi rincón privado, exclusivo para mi.
Y es que prometo, sin copas de por miedo, desgastar tus tristezas al igual que mis rodillas. Quiero ser la MAYÚSCULA de tus notas viscerales, escurrirme entre los matorrales de tu mente  y colarme en tu galería de cosas por hacer.
Llenaré tus domingos con mis domingas al aire y tus sonrisas serán el arte que mate mi pesar. Seré un pasatiempo de nunca terminar, sin solución ni fácil ni difícil, seré la chica en crisis que quieras devorar.
Puedo moldearme a tus cosquillas, e incluso a tu boca amarga de 'yo no se amar'.
No voy a maquillar tus cicatrices, ni curarlas si no quieres. Sólo necesito confiar en tí y que seas eterno. Y tierno, y desnudarte en los buenos días y follarte en las malas noches.
Y entonces llamaría felicidad a mis pelos despeinados y piropos inventados en mi absurdo despertar; mientras sólo piensas en lo ilusa que soy cuando le doy a mi cerebro algo en qué pensar.
Y aún a siete lenguas lejos de mis manos, me haces sentir fatal.

Porque no estás.


sábado, 10 de agosto de 2013

Liquidación sentimental.


Estamos aquí:


en nuestros mírame y no me toques, en nuestras noches sin roces y en un no volver.
Ya no contamos con besarnos, ni hablamos de amarnos, ni siquiera de sexo sin pasión.
Y espero a que te vayas, y esperas que me vaya, para no echarnos culpa, evitando así el dolor.
Nos hemos besado a ciegas, buscado a tientas, y.. fracasado en el amor.
Y ahora me pregunto si tanto fuiste que tanto quise y no pude dejar
de abrazarme a tus palabras y aferrarme a tus canallas imprudencias de calor.



Que ya no busco consuelo, ni me resguardo en los te quiero
que algún día me contaste cuando la luna iba a salir,
pues ya no vivo por la noche, y no lo hago porque, ¡oye!
no necesito estrellas que contar para dormir.


viernes, 26 de julio de 2013

buscarme un pirata.

    Por una vez estamos de acuerdo: mi inconsciente ha decidido dejar de soñarte, y yo de extrañarte. Será que hemos caducado, o que nos ha salido moho en el corazón.
'Las cosas no cambian, y las personas tampoco.'
   Es lo que pasa cuando se alimentan los sentimientos con mentiras y falsas ilusiones, que los fantasmas rebotan a lo largo de tu vida, pero sólo son eso: fantasmas. No son nada, si acaso un recuerdo que ni siquiera existió, porque lo que viviste no era real.


   Y ahora me hallo aquí, porque necesito que me salven. No quiero a un príncipe que me rescate de la torre más alta del castillo, no estoy allí, no soy una princesa, no soy su princesa. De hecho estoy en el fondo del foso, escuchando las historias que los cocodrilos me quieren contar, los hay que incluso me quieren morder. Da repelús. 

No, un príncipe no se llenaría de mierda en el fango que hay a la entrada del foso por mí. No quiero que me busque por los méritos de mi salvación, sino por mí. Pero, ¿quién arriesga lo que no tiene por alguien desconocido? En fin, no sé qué espero.






_________________________________________________________________________________

   O tal vez sí: un pirata. Quiero que mi sonrisa sea su tesoro por encontrar, y su mapa mi cuerpo. Que me lleve perdida en su barco, y me cuente historias de acción. Quiero movimiento, quiero viajar. Quiero que confíe en mí más que yo misma.


   Sí, se que es mucho pedir y que los piratas no existen pero, ¿acaso tú existías? Sólo eras una buena versión de tí, subtitulada al corazón y dirigida por una ciega, yo. Y ahora que has vaciado mi lista de sueños me doy cuenta de que yo tampoco fui como imaginabas, y tal vez todo ésto no sea más que un problema de idealización del uno al otro. Fuimos más en nuestras mentes que en la realidad, y en realidad, digamos que simplemente no fuimos.


lunes, 8 de julio de 2013

advertiros que es una lectura de invierno, no de verano.

   Imaginaos la escena: chimenea, él, ella y jazz. Da igual la pieza que escojáis, la situación seguirá siendo igualmente exquisita.

   Las chispas saltaban más allá de la chimenea, casi rozaban sus pies. Las mantas se habían quedado en el sofá, abrazando los cojines. Sus miradas se encontraban, y se perdían; y se volvían a encontrar. Llevaban la melodía del fuego en sus ojos, al ritmo del jazz.
   Ella se acomodó entre sus piernas, y él la rodeó con sus brazos. Sin querer, un botón saltó, dejando ver un poco más el pecho de Eva. No era un pecho cualquiera, él lo sabía, era como si alguien lo hubiese puesto allí con la mayor delicadeza del mundo y con muy buen gusto, demasiado quizá.

   Sus saxos llevaban tiempo expectantes de la situación, esperando su hora, sabiendo que tarde o temprano llegaría el momento de ser tocados. El vino también estaba esperando ser probado, y para qué engañarnos, la parejita se moría de ganas.
  Descorcharon un Marqués de Vargas que encontraron,al parecer la última persona que pasó por aquella cabaña decidió dejarla ahí. Y qué bien que así pensase.

   El sabor de las copas y su contenido hacía una combinación espectacular con el jazz y el fuego. Y mientras más vino, más calor. Y ya sabéis lo que pasa cuando hace calor entre dos músicos, que se tocan.
  Así que finalmente sus saxos se reencontraron, Eva le deleitó con una melodía entonada en 'Sí bemol mayor'; y él se decantó por observarla, dejándola hacer los solos; y acompañándola con largos sostenidos de’Do menor.’ Y así se tiraron todo lo que la luna les dejó, hasta que sus bocas agotaron sus instrumentos, y el fuego se apagó.


Pero ya sabéis lo que pasa: que donde hubo fuego, cenizas quedan.

sábado, 6 de julio de 2013

.

Estoy muy harta de esta situación. Como cuando la leche te sale del microondas con nata. Igual, pero peor.

A ver, no es algo que hayamos buscado, pero sin quererlo ni beberlo está ahí. Es.. extraño, incluso desconocido para mí, supongo. ¿Quieres algo? ¿No lo quieres? No tengo nada claro, ni oscuro, digamos que no tengo nada. Ni las gracias ni los te echo de menos ni las buenas noches antes de dormir.

Lo cierto es que me enerva el punto al que hemos llegado. Hasta un chimpancé lo entendería—y que me perdonen por la comparación, pero yo no. ¿Qué esperas de todo ésto?
Yo.. Yo sinceramente, te extraño. Muchas veces en silencio, y otras muchas lo muestro; sin más. ¿Y sabes? Es que no quiero quedar como una tonta que da su tiempo y corazón al primero que le regala unas palabras de esperanza. Pero, ¿qué le hago? No son las palabras, son tus rarezas, que no sé qué hacerles, pero me gustan. Las echo de menos. Me gusta no saber qué piensas, me gusta que no seas predecible, me gusta cuando te vas, porque me doy cuenta que te echo de menos.
También me faltan esas caricias, y esos buenos días, que acaban siendo malos porque me voy,  o te vas. ¿Y qué? ¿No podría tener ésto con otra persona? Claro que sí. Hay muchas personas con las que poder disfrutar de mi tiempo, pero por alguna estúpida razón, mis pensamientos cuando me lo paso bien acaban desembocando en el delta de tu boca.
Nada que ver ahora con lo que éramos, que nunca fuimos nada. He de decir que lo bonito de nuestra relación es que no la teníamos. Que simplemente nos limitábamos a pasarlo bien, y a disfrutar. A hacer lo que nos apetecía, sin poner fronteras a los límites de la conversación. Y éso éramos, confianza en las palabras del otro. Teníamos también un idioma silencioso y unas normas sin poner, que ahí estaban, pero nos entendíamos. ¿No es eso compenetración? ¿No es eso lo que se espera siempre de la supuesta pareja?
Y sin embargo no éramos pareja, no éramos nada, y lo teníamos todo. Y lo dejamos ir.

Quizá ni me eches de menos, y todo ésto no sea más que producto de mi imaginación y de mi cama vacía. Y quizá, sólo quizá, ahora mismo estés pensando en mí; de igual modo en que yo lo hago contigo.
Te echo de menos.
Tengo miedo de pedirte cerveza para llevar y que la rechaces, no por ella sino por mí; y entonces darme cuenta de lo sola que estoy cuando me faltan tu sonrisa y tus rarezas. Y darme cuenta lo tonta y rara que soy yo por dejarte ir, o por dejarme engañar.

Sólo son suposiciones, expectativas de lo que pudo ser y no fue, o porque fuimos tontos o porque no quisimos o porque el orgullo ganó. Sólo quiero que sepas que a mi no me importaría recorrer todos los días la autopista de tu cuerpo, sin tener que pagarlo luego con resacas de corazón.


Y al fin y al cabo esta es nuestra historia, la que nunca fue.

viernes, 5 de julio de 2013

domingo, 30 de junio de 2013

No hay nada tan real como mis ganas de abrazarte, de besarte.
De memorizar todas tus pecas, todas tus esquinas.
Erizarte. Desrizarte. Comerte con sirope de pasión.
Nada tan real como mis ganas de embriagarme con el café de tus ojos. De fundirme contigo. Ahora.


Nada tan real como tus manos en mis pechos, como tu afán de exploración o como mis orgasmos.
Pero sobretodo, nada tan real como .

viernes, 14 de junio de 2013

contarte.

Me he vuelto de cristal: transparente y frágil.



Hueles a ganas de olvidar. Ven, deja que te lama las heridas y te bese las cicatrices, pero no me hieras. No me contagies tu corazón roto, el mío ya pasó su enfermedad.
No rebusques en mí tu pasado, no lo encontrarás, pero me harás daño en mis desvelos. 
Que lo que encuentres en mi sonrisa sea disfrute, y en mis caricias placer.

No es más que otra carretera sin destino, una autopista sin peaje, sin prisas, sin dueño.
No hay señales de Stop, ni prohibidos.
No hay adelantamientos, ni colisiones, ni esos tediosos motores rugiendo.
No hay venados de por medio.
No hacen falta cadenas, ni semáforos en rojo, ni el tic-tic de los intermitentes.
Nadie espera.

No temas, el espejo retrovisor te indicará por dónde ir, cuándo parar, cuándo atender el Ceda el paso.
Complementa mi libertad.

lunes, 13 de mayo de 2013

declarar.

Sigo en mis trece. Me declaro inocente. Es un crimen que no cometí.


No fui yo quién lo hizo pedazos, su amor ya estaba podrido de mucho antes. Mi único delito fue no avisar cuánto apestaba a ilusiones rotas. Todos los sentimientos estaban muertos. Parecía un cementerio aquello, los cuervos se comían su sonrisa a ritmo de paso fúnebre. Si me hubiesen avisado que sus esperanzas estaban caducadas... De haberlo sabido, supongo que nunca hubiera intentado salvarlo. O qué se yo, si estaba perdida en él.



Creedme cuando digo que intenté reanimarlo; quise el boca-boca, quise que se aferrara a mis ánimos del mismo modo en que yo a su cuello.
Nunca debí faltar a aquella clase de primeros auxilios.
Hice lo que pude. Lo intenté. Soy inocente.

miércoles, 20 de marzo de 2013

despedirme.


Ajusta tu ritmo a mi compás, tus dedos a mi música. Calcula tus ganas de verme y busca los dígitos de mi número entre el caos de tus pensamientos. Guarda tus imaginaciones para comprobar lo mucho que deben envidiar la realidad.
Cancela tus planes para hoy, te he preparado un festín de caricias, sonrisas y besos. Tiende tu miedo sobre mi ropa, que ninguna de esas cosas nos sirve. Graba tus cicatrices en mis despechos, tus intenciones bajo mi techo y las verdades donde los hechos.
Me arriesgo a que recuerdes lo mucho que te extraño, lo poco que queda y lo mucho que fue. Ponme a Sabina y su 'Enemigos Íntimos' y líate un cigarrillo, quítate vida mientras me dejas saborearla a mí. Exprime bien las vistas de las montañas, del lago del Ombligo y del mar de ti. Se la tormenta de mi cuerpo, el sol sin argumentos y las nubes del momento, en que yo me quiera ir.
Dame sorbos de tu alma: mis manos, tu espalda. Tu destreza, mis palabras. Mis no poder decirte más, y callar sin preguntar lo que mi mente sabe ya de sobra.
Y corre,te  dejo; no te excuses de momento, que ya vendrán ramos de flores que camuflen el olor de tu ida.
Márchate dejando mi corazón rasgado, un vacío al lado, y mis ganas de repetir.

jueves, 14 de marzo de 2013

esperar.



Estamos en sequía de verdades, después de un invierno lleno de mentiras.
Por eso hay que ahorrar en confianza y así, algún día podremos volver a los niveles estándar. Sinceramente, no me imagino el momento en que inundemos todo ésto que tanto hemos tardado en construir. Que el corazón rebose es algo complicado, aunque bueno, la naturaleza siempre nos demuestra su fuerza; y el amor es lo más natural y puro que podemos sentir.

Y aunque ahora esté seca, ya llegarán mejores tiempos, y si no, ya llegará esa gota que colma el vaso, y no dudes que lo hará; porque en Abril …
Mil aguas serán las que formen esas cascadas de mis ojos que espero se acaben transformando en un mar de placer, allá por el sur. Muy a mi pesar, eso no pasará si abandonamos ahora, justo cuando ya ha pasado el bochorno.


No te seques, tengo sed.

domingo, 10 de marzo de 2013

recordar.


¿De qué te ríes?
¿Sabes? Estaba mirando el humo de allí al fondo, y entonces esta mancha azul que notas a la derecha me ha hecho pensar que había alguien aquí dentro. Pero entonces he mirado la mancha azul, y cuando la estaba mirando, he sentido como si hubiese un punki con cresta multicolor justo ahí a la izquierda. Por éso he mirado ahí, y al enfocar me he dado cuenta que la cresta realmente era un graffiti de un arcoiris, del que partían muchos ríos y desembocaban finalmente en un barquito. ¿Te has fijado en el astronauta que hay en el barquito? Me ha recordado al juego que había en los móviles de hace unos tres años. Y entonces me he reído, ¡porque mis pensamientos fluyen tan deprisa que no puedo controlarlos!
Mira que he estado veces aquí, y nunca le había prestado tanta atención a las pintadas que hay.

Esbocé una tímida sonrisa, y le miré fugazmente a los ojos.

Sigue hablando, me gusta escuchar tu voz.
Y nada, entonces me he dado cuenta que las manchas de esa columna de ahí me recuerdan a los bichos verdes del juego ese que me enseñaste antes, ¿cheetaman?
¡Cheetahmen!
¡Éso!

Ambos reímos.

Y lo mejor, es que mirando a estos supuestos cheetahmen, me he dado cuenta que en la columna de al lado hay un reloj dibujado. Pero justo cuando he mirado al reloj, éste se ha transformado en una luna. Y entonces me he preguntado por qué quien pintó todo ésto pintó la noche en esta pared y el día en aquella. 

jueves, 7 de marzo de 2013

hablar de poesía.

¡Ay, quién pudiera subirte a la luna,
bajarte a oscuras y desnudarte sin tiempos!
¡Que mi alma escapase entre suspiros de besos!
¡Que me encontrases tapada en mi nube del cielo!
¡Qué bien me haría tu buen destapar!
¡Qué dulce agonía ésta la de esperar!


Pero está claro que mi gozo no es más que imaginar,
pues mi mal no es otro sino el de no poder tu piel rozar.
¡Dame un guiño que me acoja, que me invite a soñar;
que no quiero, caballero, otros labios yo besar!

miércoles, 20 de febrero de 2013

.


Está bien. Lo acepto.

He escondido los restos de fracaso. He encerrado al amor entre cuatro paredes de hormigón, sin ventanas, ni puertas, ni nombre. He acabado con las falsas ilusiones. He puesto un tope.

He firmado mis ganas, con la pluma estilográfica quebrando el papel; con los ojos dados la vuelta, palpando el miedo en cada propósito.
He aceptado que vale más un trato mental conmigo misma que con los demás.
He cerrado la casa con llave, tirando ésta al contenedor de deshechos emocionales.
He acariciado el acorde del triste final, he vivido mi domingo personal, con resaca de corazón.

He desafinado las expectativas de futuro. He ojeado la lista de promesas pendientes. (He tachado las que quedaban)
He desnudado mis defectos, y los he vestido de virtudes.
He engañado a la tristeza, y he excusado mi sonrisa.
He encubierto mis faltas de educación con las de motivación.
He perdido el rencor, hallando el olvido.

He llamado al ascensor, pero he bajado por las escaleras; para oler los recuerdos que se quedan. Me he embriagado con las prisas y el mármol blanco, y me he caído.
He puesto el GPS y ninguna dirección; y aún así, he cogido el otro camino.

He quemado las etiquetas que me hacían presa, para hacerme depredador. He roto las cuerdas; y las tijeras. Las ganas, y las desganas.
He hecho una hoguera con la tecnología, y calentado mi enfado con su ardor.
He puesto la canción que decías, y calmado mi temor.

He terminado cazando verdades y esquivando mentiras. He escuchado cómo se me ponían los pelos de punta, y me he pinchado. He erizado mis sueños. He susurrado ayuda. He rozado tu puerta. He aprendido de todo esto.

Y ahora, he cogido otro tomo de mi vida.

martes, 22 de enero de 2013

hacer que os preguntéis.


Y al fin y al cabo, ¿qué es un día? ¿Un número? ¿Un aprobado? ¿Una duda? ¿Un recuerdo? ¿Una ilusión? ¿24 horas? ¿El futuro? ¿Tan sólo tres letras?

Con la de cosas que puede ser un día, la de sitios en los que puedes estar, la de tiempo que puedes perder sin hacer nada de provecho...



Los días son plastilina. Se retuercen, se estiran, se pierden. Pueden ser de un solo color, ¡o puedes teñirlos de mil distintos! Lo curioso es que se mezclan dando lugar a un cóctel de sensaciones (al que personalmente lo representaría con algo parecido a la función coseno*).
Hay días más largos, otros más estrechos; están los tristes y los menos lluviosos. Parece como si los hubieran inventado para cualquier estado de ánimo, o para que cualquier estado de ánimo los invente.

Los días son pequeños libros que leer, excelentes conciertos a los que asistir, grandes personas por conocer... Son aventuras, aprendizaje, experiencia. Son esos ‘no lo volveré a hacer’ y  esos  ‘el año que viene repetimos’. Son cada decisión que tomas. Son ese barquito velero sin rumbo del que te nombran capitán, para que los guíes. Están en ese viento que mece las olas, y que tú decides controlar. 

Son una obra de cerámica a la que unas manos dan forma. Tus manos. Son tú.

domingo, 20 de enero de 2013

ser suave, y libre.

Al final todo se mezcla en el tiempo como las lágrimas en la lluvia. Al final todo se va con el tiempo como las lágrimas en la lluvia. Al final todo se diluye en el tiempo como las lágrimas en la lluvia. Soy libre, soy libre, soy libre.



Los suaves.
Bonus track revertida del álbum Maldita sea mi suerte

miércoles, 16 de enero de 2013

pedírtelo.


Ven.

contaros..

Decidida, preguntó:

¿Por qué eres así?
¿Que por qué soy así? ¿Así cómo?
Tan ..tú.
Pensaba que te gustaba cómo era.
¡¡Y me gusta!! Lo que no me gusta de tí son los pocos besos que me das.
No te engañes. ¿Acaso los valorarías tanto si no parase de dártelos?
... ¿Ves? ¡¡A esto me refería!! Eres tan arrogante, y tan distante cuando quieres..
Me gusta ser distante.
Y cortante.
Y no me gustan los besos, recuérdalo.

Y apartó su mirada de ella, dando a entender que la conversación había acabado.

A tí lo que no te gusta es tener que elegir algo que no has hecho en tu vida.
¿Qué?
Lo que oyes, y me voy. ¿Esta vez me vas a dar un beso, o no toca?
No toca, porque no te vas. — Tiró de su brazo.  ¿A qué viene eso de tener que elegir?
Lo sabes perfectamente. Siempre me entiendes cuando hablo. Hizo una breve pausa No quieres elegir porque tienes miedo a equivocarte.
¿De qué estás hablando? Yo no tengo que elegir nada.
¿Entonces tengo que ser yo?
No. Nadie tiene que elegir nada. Elegir siempre implica perder. 
Qué ingenuo. ¡Sólo pierden aquellos que no saben elegir! ¿Es que no te das cuenta? Claro, que tú nunca has escogido nada porque no sabes lo que quieres. Te agobian las opciones, las preguntas, .. y ...te acobardan las respuestas.
Hablas sin saber. 

Esas tres últimas palabras fueron suficientes para callarla. Sin embargo, no quería que se fuera. Tras un silencio incómodo, añadió:

Mira, podríamos estar discutiendo lo que resta de noche, pero tú te quedarías sin beso y yo sin excusa para dártelo.