domingo, 30 de junio de 2013

No hay nada tan real como mis ganas de abrazarte, de besarte.
De memorizar todas tus pecas, todas tus esquinas.
Erizarte. Desrizarte. Comerte con sirope de pasión.
Nada tan real como mis ganas de embriagarme con el café de tus ojos. De fundirme contigo. Ahora.


Nada tan real como tus manos en mis pechos, como tu afán de exploración o como mis orgasmos.
Pero sobretodo, nada tan real como .

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