Propósito

Entonces sonríes, y todo se calma

Se paran las nubes y suenan baladas

Sacas cervezas y cae la mañana

Se acaba el invierno, yo toco las palmas

Renacen las hojas, pago otras cañas

Descubro la vida: ya nada me para 

No tengo prisa, y no quiero fama

No busco amor y tampoco soy ama

Se van las excusas, arden en llamas

Liberan al preso: revive su alma

Se abren las puertas y, 

Disfruto la brisa, la hago palabras.

Otra ronda, por favor

Ayer fue de estos días en los que nada más despertarte sabes que va a ser un mal día. En los tu dedo meñique está antojado de chocarse con todo, y en los que poniendo a calentar la leche el mismo tiempo que siempre no sale a tu gusto. De estos días en los que pierdes el autobús (dos veces) y la vida te pone a prueba y se pone lo más puñetera posible porque sí. Que te quedas sin bombona en mitad de la ducha y pides ayuda pero justamente no hay nadie en casa. Y al final así, a base de pasar frío y no haber palomitas para ver cómo empeora tu día, por fin se acaba. POR FIN.

Me encantaría poder desconectar. Poder rendirme por un día. Me encantaría decirle a la vida lo enfadada que estoy aunque no sirviese de nada. Decirle que no me gusta este juego, que ya está bien. ("Hombre, tan mal no te irá la vida") Pues no, pero mal de muchos consuelo de tontos y hoy me quiero quejar. Porque sienta bien. Porque parece que rajar de todo te quita estrés de encima aunque no solucione nada. Porque al final viene a ser lo mismo que un abrazo, y los he agotado ya todos. Y abrazarse a uno mismo no está mal del todo pero no llena y te hace sentirte un poco estúpido. Así que aquí estoy hoy, para quejarme porque ayer tuve un mal día porque sí. Porque era el día malo del mes y porque 'después un mal día viene uno mejor' pero si lo veis por ahí decidle que cuánto le queda, que le sigo esperando. Que no deje para mañana lo que pueda hacer hoy.

Y es que si mi vida es una ciudad, los pilares se están derrumbando, como si de un terremoto se tratase. Que ya hemos salido de desastres naturales y todo eso y ya lo sé, pero que no quiero más 'después de la tormenta llega la calma' , que quiero quejarme y punto y si llega la calma que tenga forma de cerveza y dos besos de espuma.

Que no me hagáis mucho caso que entre todas las cosas que he perdido este mes también he perdido la cabeza, y como no; tu interés. Pero bueno, que ya de perdidos al río que por lo menos acabemos en el bar mar.

Juicio

Siento que últimamente me estás juzgando cuando nunca lo has hecho. Que te planteas si he dejado de funcionar bien, sin preguntarte el por qué. Y básica ácidamente asumes que me estoy dejando llevar por el mal camino, sin cuestionarte si realmente hay buenos y malos caminos, sin tener en cuenta que simplemente pueden ser distintos caminos.
Que al final todos llevan a Roma. Y pensaba que nos encontraríamos allí, como siempre.

Pero hoy me han surgido las dudas, porque no sé si seguir mi ética personal, si seguir la que dicta el mundo o lo que dice mi corazón. (Que tampoco es que diga mucho porque últimamente está más pallá que pacá, pero la verdad es que las pocas veces que habla dice cosas que son para aplaudirle).

Yendo al quid de la cuestión, pasando por las ramas, me siento como si fuésemos barritas de KitKat que llevan toda su vida juntas y de pronto las separan y cada una se derrite a su tiempo. Siento que siendo los dos Café, uno tira más para la cafeína y el otro para el descafeinado y hemos pasado la línea divisoria sin darnos cuenta. Y sin embargo, se nos ha cortado la leche a la vez. Y es que a veces se nos olvida que son más las cosas que nos unen que las que nos separan, y que lo que nos hace diferentes es lo que nos hace especiales.

Tengo ganas de gritar.

Recordad que ni los buenos son tan malos, ni los malos son tan buenos y que no hay mejor virtud que el saber no juzgar.

Cassini-Huygens: de La Tierra a Sa(tu)rno

"Si escuece es que mi corazón está sanando."

Cómo echaba de menos las duchas de agua fría, los golpes de realidad, caerme a escondidas. Y es que me hacía falta un bofetón en la cara, un café quemado y una mala semana. Unas llagas mordidas, unas medias rotas e incluso una fea despedida..


No suelo pensar tu anelo, ni en tu dulce boca, ni en tu suave pelo. Pero hoy siento que te escapas, que me dejas sola, que me quedo en cama. Que te vas diciendo: "Extrañame en tu almohada".

Yo...Yo me quedo maldiciendo tu mal gusto, mis ganas locas y mi agitado pulso. Y es que me dejas en vela negociando tratos con la sangre negra, mientras me hierven las ganas de quedarme en bragas y tenerte a solas, comerte la boca y dormir a deshoras..

Pero tú.. Huyes de mi aliento, de mis pensamientos, incluso de mi extravagancia, cuando me vuelvo rancia y  al final te vas. Me dejas el olor de las sucias sábanas, de tu aroma a Jameson, de mi lengua a claras, de tus dedos rotos y de mi voz rasgada.

Me tienes en (tu)cima, y me ardes mis pecados, como si fueses mi volcán. Como si de magma retrataras lo que quemas por dentro y lo que funden tus dedos cuando rozan mis mejillas.




Y es que supongo que nunca son suficientes (y nunca lo serán) los 'no me atrevo a atreverme' y los 'no me atrevo a parar'.

Vendimias

Ya sabes que soy muy sutil, que no hay cremalleras que me desvistan del todo. Tampoco hay botones que me quiten los temores, ni susurros que no me derritan..
Podrías ser como el mar, y regresar siempre a mis rodillas orillas.
Que bajases la marea y te llevases mis cosquillas.

Qué egoísta me sabe pedirte que te quedes, que me acompañes en las pautas de mis pentagramas y en las noches sin descanso cuando voy a la deriva. Y que naufragues los tres horizontes que nos separan.


Quién fuese gaviota para volver a tus andadas y picotear esos recuerdos que me tienen estancada. Que me tienes en noverme, que me turbias las veces que te sueño en mis brazos y me despierto y te busco pero nunca te hallo.

Y es que tú tan en mis pupilas de entrada y yo tan en tus pupilas de salida. Que yo quiero más sofás y menos sopas frías, y quiero menos cuentos y quiero más caricias.


 Que no quiero echarte de menos, sino verte todos los días.

38 de Septiembre

Hoy me encantaría que me contases mis pecas, y sin querer te dieras cuenta que no tengo ni una, pero que merece la pena seguir buscándolas.
Me encantaría que se parase la rotación del planeta, y se fuera todo a la mierda, menos nosotros. Y me encantaría que me bajases el sol, que lunas regalan ya hasta con los ojos vendados.
Sería guay (porque esa es la palabra), que no fuese complicado, que no fuésemos la paradoja de la puerta entreabierta; de no saber si abrir o cerrar, de empujar o tirar para uno mismo.
¿Sabes? No estaría mal un mundo sin futuro, que no importase más presente que el momento que vivimos y que ya vendría el mañana a reclamarnos las resacas y a cantarnos las cuarenta por pasarnos de la ralla. Que ya seremos geometrías y veremos los eclipses que proyectan nuestras erratas.

Se ve que no hace falta llegar al cielo para tener las nubes que tenemos estancadas. Que en mi cabeza ya ha entrado el otoño cargado de tormentas y borrascas tropicales, que ya sabemos aquí todos que son de las especiales que vienen a quedarse y arrasan por tu casa y dejan huella allá por donde vayan..

Y es que qué dilema se plantea cuando nadie llama a la puerta a mirarte con buena cara. Cuando te quedas en la cama y tu consciencia se vuelve monotema hasta la saciedad de sus palabras.

Y ahora dirán que es solo tiempo lo que tengo que comprar, que el sólo va poniendo todo en su lugar, pero el tiempo es un amigo de fácil traicionar: si te despistas un poquito no sabrás ni dónde estás.

Cerveza

Me hundo en tus pupilas mióticas. Me ahogo en tus pocas palabras. Me tiembla el pulso cuando sin querer me miras.

Me choco contigo en cada sueño. Me resbalo cuando sonríes. Me erizas la piel cuando te encojes de hombros. Me llegas a las costillas cuando me das un trago. Me tiemblas mis esquemas. Me sonrojas el futuro. Me calmas las picaduras.

Me estrellas contra tus lunas. Me sintonizas en tus cadenas. Me arden mis silencios. Me tienes en espera.

Me amasas mis plastilinas. Me dudas mis interiores. Me vuelvo tu exmusa. Me tropiezas en mis piedras.

Me excitas mis ilusiones. Me pinchas en mis llagas. Me sacas de mis ombligos. Me adentras en tus arenas.
Me vuelves loca, intoxicada, virílica y enferma. Me vuelves febril y cuerda.

Me tocas mi guitarra. Me lames mis purezas. Me estresas el alma y te siento a duras penas.

Bandera blanca

Hoy vengo en son de paz, para recordarte que aunque no quieras mi mano, aquí la dejo tendida.

Vengo con el corazón a media asta, y con el saco de palabras roto-ya sé que todo lo que te diga acabará en el desván. O acabará en la buhardilla lleno de polvo y colillas sin siquiera echarle un vistazo. Así que aquí te dejo plasmado que vengo a decirte-o más bien a recordarte-que por mucho que te escondas siempre saldré a buscarte, aunque lluevan desilusiones y repliquen emociones que aún no sabemos describir.

Vengo a decirte, que aunque no quieras mi almohada, aquí la dejo plantada para que le cuentes tus cicatrices; que amanezcas tranquilo y llenes el vacío que no supe ocupar.


Hoy vengo a pedirte disculpas por irme sin avisar, por ese concierto sin canciones que te hice soportar y quedarme en silencio cuando tenía que hablar. Espero que en algún momento me puedas perdonar.

Hoy... Hoy vengo en son de paz, con la mano tendida y la soberbia perdida, con una tregua esperando poderse firmar.




Dicen que por mucho que el barco se hunda, no hay marinero que no sepa nadar.

Sencillo

Tropiezo entre tanta excusa, 

en tus pelos enredados y en tu voz (que asusta).  

Me resbalo en tus suspiros ahogados,

en tu blusa holgada, y en tus labios callados.
Me enervan tus chistes malos,

tu humor negro y tus gestos bastos,

tu sonrisa rota y tu bonita ropa que ya no desvisto.

Duelen los recuerdos de antaño,

las mañanas de cama y los besos no dados. 

Y me entristece pensar en tu barba,

 tu lunar escondido y en cómo me abrazas.

Porque complicado, es la palabra, que define mis dudas y mis certezas, que me envuelve en tristeza y en suspiros de pesar. Que nadie dijo que fuera fácil, ni contaron que no siempre son perdices lo que se come al final.
Y es que.. complicado, es la palabra que define mi estado, mis eternas dudas que perduran y no curan el llanto de nuestros pesares.
Me sé perdida, confusa e indecisa, pero por dentro algo me dice que este es mi norte y destino, y aunque a veces confunda el camino (y me atreva con los atajos), nada está escrito y no hay escenario, y al fin y al cabo, 

es complicado.

Solsticio

Que si el tiempo se empeña en que llueva la tristeza, pues llueve. Que más da si se inundan las ganas, si no hay preguntas, si no hay llamadas.

Si el sol se para y no anocheces, que más da si me equivoco de estación (o de tren), y qué más da si la brújula pierde el norte. Que este es nuestro cénit, mis esquinas cuadradas y tus problemas meñiques. Y qué más da ya si las palomitas nunca se llegan a abrir, y si no hay películas para ver, ni siestas para descansar.

Que más da si el plato ya está roto, y qué más da ya (todo), si supimos querernos sin querer y sin saber que ésto se nos acababa.

La luna creciente, el sol que eclipsa

El cristal roto
La rama caida
El globo pinchado
El alma herida
El número impar
Las dudas comidas
El folio rasgado
La voz sin saliva
El sol sin luz
El cuerpo sin tripas
El tiempo vacío
Las ganas perdidas
El pez sin agua
El viento sin brisa
La nube sin cielo
Yo sin sonrisa

Cuando la marea no está, ni alta, ni baja.

Cuando no es ni de día, ni de noche.

Cuando la balanza no está tan siquiera en equilibrio..

Cuando la llama no está, ni encendida, ni apagada.

Cuando el vaso no está, ni lleno, ni vacío.

Cuando el reloj no está tan siquiera en su hora..

Cuando el lugar no está, ni pisado, ni sin pisar.

Cuando los ojos no están, ni abiertos, ni cerrados..

Cuando la sombra no tiene luz.