viernes, 28 de diciembre de 2012

..leeros.


Porque el que nunca está solo ya no se conoce a sí mismo.
Y el que no se conoce a sí mismo pasa a temer el vacío.
Pero el vacío no existe. Un mundo enorme se esconde en nuestra alma, esperando a que lo descubramos. Está ahí con su fuerza intacta, pero es tan nuevo y tan poderoso que nos da miedo aceptar su existencia.
Porque el hecho de descubrir quienes somos nos obligará a aceptar que podemos ir mucho más allá de lo que estamos acostumbrados. Y eso nos asusta. Mejor no arriesgar tanto, ya que siempre podemos decir: ‘’ No hice lo que tenía que hacer porque no me dejaron’’.
Es más cómodo. Es más seguro. Y, al mismo tiempo, es renunciar a la propia vida.
¡Ay de aquellos que prefieren pasar la vida diciendo ‘’Yo no tuve oportunidad’’!
Porque cada día que pase se hundirán aún más en el pozo de sus propios límites, y llegará un momento en el que ya no tendrán fuerzas para escapar de él y encontrar de nuevo la luz que brilla en el hueco que está sobre sus cabezas.
Y benditos los que dicen ‘’Yo no tengo coraje.’’
Porque ésos entienden que la culpa no es de los demás. Y tarde o temprano encontrarán la fe necesaria para afrontar la soledad y sus misterios.






Y, para aquellos que no se dejan asustar por la soledad que revela los misterios, todo tendrá un sabor diferente.
En la soledad descubrirán el amor que podría pasar desapercibido. En la soledad entenderán y respetarán el amor que partió.
En la soledad sabrán decidir si vale la pena pedirle que regrese, o si debe permitir que ambos sigan un nuevo camino.
En la soledad aprenderán que decir ‘no’ no siempre es una falta de generosidad, y que decir ‘’ no siempre es una virtud.




                        Segmento de Paulo Coelho, «El manuscrito encontrado en Accra»

domingo, 9 de diciembre de 2012

..extrañarte.

Dame caos y llámame duda. Llámame insensata, inmadura, inocente. Pero llámame. No seré yo quién descuelgue el teléfono, será mi intriga. Mis inquietudes corretearán por mi mente marcando mis palabras. Curiosidad. Ganas de no perder ningún detalle.



¿y si..?, ¿por qué no?, ¿cómo sería si.. ?

Engáñame, mímame, erízame; tengo ganas. Inventemos algo de dos, ya sea una historia de pasión, una tarde de café o mil excusas. Dáñame. Acerca tus labios a mi oído y dime que no volverás, después de un delicado 'princesa'.

Te dejaré ganar a decir verdades, porque no tengo ninguna. Tampoco mentiras. No tengo nada, sólo dudas.