..reflexionar.

Confianza. Éso que la gente dice que tiene en sí misma, éso dicen. ¿Qué entendéis por confianza? Porque yo le puedo contar mi vida a quinientas veinte mil cuatrocientas trece personas, pero no por ello confío en ellas. Es simplemente que me da igual lo que opinen de mí. Mi vida es mía y, por ello, obviamente; la vivo como a mí me da la gana. Se supone que estoy orgullosa de mi vida  —y si no lo estoy, es un problema mío y no vuestro—  con lo cual contar mis batallitas debería ser para mucha gente como cuando una persona anciana te cuenta su vida, aburrido;  y para otros supongo que interesante.

Sin embargo, no estoy hablando de la confianza que se necesita para contarle algo a alguien, sino de la confianza que alguien pone en tí pensando que vas a hacer algo. Ésta de la que hablo, creedme, está en peligro de extición.

Odio la gente que le pasa el muerto a sus compañeros, me enervan los que escuchan a alguien hablar mal de su mejor amigo y se ríen, me caen mal las personas que no saben dar la cara.

Lo importante es estar a gusto con tu yo interior, confiar en tí mismo, y todo estará hecho.

..soñar.

Me da vértigo el punto muerto y la marcha atrás, vivir en los atascos, los frenos automáticos y el olor a gasoil. Me angustia el cruce de miradas, la doble dirección de las palabras y el obsceno guiñar de los semáforos. Me arruinan las prisas, y las faltas de estilo... ; el paso obligatorio, las tardes de domingo... y hasta la línea recta. Me enervan los que no tienen dudas, y aquellos que se aferran a sus ideales sobre los de cualquiera.Me cansa tanto tráfico y tanto sin sentido. 

Parado frente al mar mientras el mundo gira.