viernes, 26 de julio de 2013

buscarme un pirata.

    Por una vez estamos de acuerdo: mi inconsciente ha decidido dejar de soñarte, y yo de extrañarte. Será que hemos caducado, o que nos ha salido moho en el corazón.
'Las cosas no cambian, y las personas tampoco.'
   Es lo que pasa cuando se alimentan los sentimientos con mentiras y falsas ilusiones, que los fantasmas rebotan a lo largo de tu vida, pero sólo son eso: fantasmas. No son nada, si acaso un recuerdo que ni siquiera existió, porque lo que viviste no era real.


   Y ahora me hallo aquí, porque necesito que me salven. No quiero a un príncipe que me rescate de la torre más alta del castillo, no estoy allí, no soy una princesa, no soy su princesa. De hecho estoy en el fondo del foso, escuchando las historias que los cocodrilos me quieren contar, los hay que incluso me quieren morder. Da repelús. 

No, un príncipe no se llenaría de mierda en el fango que hay a la entrada del foso por mí. No quiero que me busque por los méritos de mi salvación, sino por mí. Pero, ¿quién arriesga lo que no tiene por alguien desconocido? En fin, no sé qué espero.






_________________________________________________________________________________

   O tal vez sí: un pirata. Quiero que mi sonrisa sea su tesoro por encontrar, y su mapa mi cuerpo. Que me lleve perdida en su barco, y me cuente historias de acción. Quiero movimiento, quiero viajar. Quiero que confíe en mí más que yo misma.


   Sí, se que es mucho pedir y que los piratas no existen pero, ¿acaso tú existías? Sólo eras una buena versión de tí, subtitulada al corazón y dirigida por una ciega, yo. Y ahora que has vaciado mi lista de sueños me doy cuenta de que yo tampoco fui como imaginabas, y tal vez todo ésto no sea más que un problema de idealización del uno al otro. Fuimos más en nuestras mentes que en la realidad, y en realidad, digamos que simplemente no fuimos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario