Estamos aquí:
en nuestros mírame y no me toques, en nuestras noches sin roces y en un no volver.
Ya no contamos con besarnos, ni hablamos de amarnos, ni siquiera de sexo sin pasión.
Y espero a que te vayas, y esperas que me vaya, para no echarnos culpa, evitando así el dolor.
Nos hemos besado a ciegas, buscado a tientas, y.. fracasado en el amor.
Y ahora me pregunto si tanto fuiste —que tanto quise— y no pude dejar
de abrazarme a tus palabras y aferrarme a tus canallas imprudencias de calor.
Que ya no busco consuelo, ni me resguardo en los te quiero
que algún día me contaste cuando la luna iba a salir,
pues ya no vivo por la noche, y no lo hago porque, ¡oye!
no necesito estrellas que contar para dormir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario